trastornos depresivos y ansiosos


En la primera charla-coloquio que este grupo de trabajo ha organizado tuvimos la fortuna de contar con un psiquiatra del barrio, Gaspar Cervera, que amablemente se ofreció a dar una charla.

De su libro entresacamos unos apartados que pensamos que pueden ser de utilidad para el público en general sobre la ansiedad y la depresión. Libro que se puede descargar gratuitamente desde la página de descargas de la web de su consulta, y que seguramente será de gran interés para los profesionales de la salud mental.

Ansiedad

La ansiedad es una función biológica que tiene un papel clave en la supervivencia, pues nos sirve como aviso en condiciones de alarma frente a peligros potenciales. Solamente si la intensidad o la duración de la repuesta ansiosa son desproporcionadas al estímulo se produce la patología ansiosa.

La ansiedad como función biológica, es una emoción comúnmente experimentada por el hombre a lo largo de su existencia, sin embargo, la ansiedad patológica es desproporcionada a cualquier estímulo posible y persiste por encima del nivel de adaptación. Es una respuesta a una amenaza indeterminada,
difusa y muchas veces inexistente.

La ansiedad que no es excesiva presenta aspectos positivos, ya que estimula el aprendizaje y el cumplimiento de tareas. No ocurre lo mismo con los episodios persistentes de ansiedad intensa, los cuales son nocivos y comprometen la autonomía del individuo. La ansiedad patológica es más profunda y persistente, dificulta la adaptación, deteriora el rendimiento, se sitúa en el plano corporal y reduce la
libertad personal.

La ansiedad es uno de los trastornos más frecuentes en la medicina, pues sobre un 20% de las personas que viven en los países desarrollados padecen algún tipo de las diversas formas de presentación del trastorno. Las cifras encontradas van del 2-3% de los trastornos de pánico, al 13% de fobia social, pasando por un 7% de ansiedad generalizada, para la población general.

Las cifras suben de forma significativa si se estudia en población clínica, pues un 25% de los pacientes de atención primaria presentan manifestaciones clínicas de tipo ansioso, muchas de ellas comórbidas a patologías orgánicas.

El inicio del trastorno suele darse en adultos jóvenes (20-40 años) y las mujeres se ven más afectadas, pues son casi el doble que los varones.

Por último recordar la mayor incidencia de enfermedades psicosomáticas en estos pacientes, así como las complicaciones de la ansiedad crónica, que pueden acabar en cuadros depresivos.

Entre los trastornos de ansiedad destaca como prototípico el trastorno por ansiedad generalizada, que se caracteriza por una marcada ansiedad, que produce tensión, inquietud, temor indefinido, impaciencia e intranquilidad, acompañada de síntomas fisicos variables y múltiples preocupaciones.

Los síntomas físicos que acompañan a la ansiedad son muchos, destacando entre los más importantes: cefalea, disnea, taquicardia y palpitaciones, dolor torácico, dispepsia y diarrea, boca seca, mareo, temblor, sudoración, y polaquiuria. Todo ello acompañado de una hiperactivación que produce falta de concentración, distraibilidad, reacciones de alarma e insomnio. Es evidente que sin terminar de citarlos todos, ya hay en los síntomas descritos todo un tratado de patología general.

Resaltar que entre los factores desencadenantes destaca el estrés crónico ambiental.

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El tratamiento, desde un punto de vista general de los trastornos de ansiedad, y centrándonos de forma preferencial en la ansiedad generalizada, exige un diagnóstico previo, que en ocasiones no es fácil.

Depresión

La depresión se puede considerar como una alteración del estado de ánimo, el cual se encuentra anormalmente bajo. Es una de las patologías psíquicas más frecuentes, pues la prevalencia llega al 15%.

La clínica del trastorno, además del humor depresivo, la inhibición del pensamiento, y afectación de la psicomotricidad, presenta frecuentemente síntomas corporales como el dolor, los trastornos digestivos, la falta de apetito, pérdida de peso, e insomnio.

Dentro de los trastornos del ánimo, además de la depresión se encuentran otros, siendo uno de los más característicos e importantes, el trastorno bipolar.

En los trastornos depresivos se constata una mayor frecuencia de casos en las mujeres, hecho al
que se ha buscado tres explicaciones:

  •  En primer lugar causas biológicas, sobre todo de tipo neuroendocrino, que explicarían la depresión postparto e incluso el síndrome disfórico premenstrual. 
  • En segundo lugar cognitivo, pues las mujeres desarrollarían más fácilmente un esquema cognitivo semejante al de indefensión aprendida y serían más propensas a un estilo rumiativo de respuesta. 
  • Por último las muy importantes causas psicosociales, pues las mujeres están más expuestas a ciertas formas de estrés, a acontecimientos vitales estresantes y tienen claras desventajas sociales.


Los fundamentos psicobiológicos de los trastornos depresivos, en la actualidad están centrados, fundamentalmente, en un mal funcionamiento del sistema serotoninérgico y /o noradrenérgico. Por supuesto que dicha disfunción no es única (las interacciones con otros neurotransmisores, incluidos neuropéptidos, es importante) pero es una disfunción capital, y será producida en algunos casos de forma primaria, y en otras de forma secundaria, a través de los acontecimientos estresantes acumulativos, fundamentalmente.

Quizás convenga hacer un repaso de las funciones de la serotonina y noradrenalina en nuestro sistema nervioso central. 

La serotonina se encuentra implicada en la regulación del sueño, modulación de los estímulos sensoriales, aprendizaje, control del apetito para el dulce, actividad sexual y actividad del sistema límbico que recordemos es la base del cerebro emocional y tiene un papel capital tanto en la depresión como en la ansiedad. Existe evidencia de que si la serotonina disminuye se presenta ansiedad, depresión, agresividad, dolor y cefaleas.  Con respecto a las funciones de la noradrenalina, las neuronas noradrenérgicas inervan regiones cerebrales implicadas en el estado de ánimo, motivación, aprendizaje y memoria, regulación del ciclo sueño-vigilia, regulación del eje hipotálamo hipofisiario y del sistema simpático periférico. Es evidente que si la serotonina y la noradrenalina son capitales a la hora de comprender la fisiopatología de un trastorno depresivo, también lo serán a la hora de su abordaje terapéutico.

... existen grupos de riesgo, como pueden ser las personas que viven solas (sobre todo viudas o separadas), que tienen poca red social, que padecen problemas crónicos de salud, u otros como: el paro, problemas económicos, y una larga lista que podríamos confeccionar, y que son candidatos a presentar trastornos de tipo depresivo ansioso.

Fuente: Guía para el tratamiento de los trastornos depresivos o ansiosos

Comentarios

Rosario Guardeño Saez ha dicho que…
Sólo agradecer el haber podido asistir a dicha charla que por cierto fue muy interesante.
Agradezco el interés que desde la Asociación se pone por estos tipos de encuentros con diferentes temas y me encantaría poder asistir a todos los que en un futuro se lleven a cabo.
Muchas graciad
Marga V. ha dicho que…
Te apunto a la lista de correos que hemos abierto para informar sobre actividades. También puedes seguir este blog, ahora o más adelante. Iremos publicando también artículos, reseñas y comentarios relacionados con la salud mental, en especial con los temas que se vayan tratando en las charlas.
Marga V. ha dicho que…
He pillado un artículo muy interesante sobre la ansiedad, y tirando del hilo puedes leer algunos más, igualmente interesantes, simplemente pinchando en los hipervínculos (links, enlaces, aparecen resaltados y se abre en una ventana nueva cuando pinchas).
Dejo aquí la URL (dirección de internet):
https://psicologiaymente.com/clinica/tecnicas-consejos-reducir-ansiedad

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